Tantos libros

 Tantos libros, tantos versos han pasado 
que apenas recuerdo tu rostro
y sin embargo, todavía oigo tu risa chillando mi nombre
y veo tus labios abiertos que reflejan el agua del río

He leído tu nombre en las volutas de mi memoria
y aún hay briznas de hierba y arena
entre las páginas evanescentes de aquellos veranos sin calor
aigua2