Restos de un barco varado en la arena
junto a un faro escorado de piedra.
Olas que lamen el casco del pailebote,
obra viva y obra muerta de las cuadernas abiertas.
Olor de brea en la bodega y ecos de voces de los oficiales.
Los espectros de los marineros, exiliados de la tierra firme,
se ocultan como ermitaños en viejas conchas abandonadas.
Rumor de las olas rompiendo en la proa, el póstumo cabotaje.
Las grandes piedras del muelle vacío
observan la silueta del pecio contra el horizonte.
La luz del atardecer abrasa las aguas de la bahía,
en los blancos veleros regresan los turistas a puerto.