En tierra baldía
no crece la espiga.
Con agua bendita,
simiente podrida.
Las manos vacías,
son la muerte en vida.
La obediencia debida,
voluntat vencida.
La apresurada huida,
laberinto sin salida.
Levanta la vista
a la luz del día.
Rompe la mentira
de la ideología.
Encierra a la jauría
en su sucia guarida.
Pon la utopía
en tu punto de mira.
Tú eres el guía
de tu propia vía.
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La fiumana (Il quarto stato), 1895-96. Giuseppe Pellizza da Volpedo |